viernes, 11 de febrero de 2011

Iglesia Catedral de la capital correntina

MONSEÑOR STANOVNIK: El cambio de párroco es una nueva oportunidad para convertirnos y tratar a nuestro prójimo con los sentimientos y las actitudes de Jesús
El padre Eduardo Romero Olguín asumió el viernes pasado como nuevo párroco de la Iglesia Catedral Nuestra Señora del Rosario, acompañado en la santa Misa de la Toma de Posesión por sus hermanos sacerdotes, amigos, familiares y fieles de la comunidad de "San Lorenzo" que despidió ante la necesidad de prestar servicio pastoral en esta nueva parroquia.
El Arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, presidió la Eucaristía y explicó durante la Homilía la importancia que tiene la Iglesia Catedral para la vida arquidiocesana "entre los templos de la diócesis el lugar más importante corresponde a la iglesia Catedral. Ella es signo de unidad de la Iglesia particular. Ella es el lugar donde acontece el momento más alto de la vida de la diócesis en la liturgia que preside el obispo. Por eso, esta comunidad parroquial tiene la misión de ser signo de comunión y, al mismo tiempo, modelo de unidad para todas las demás comunidades parroquiales de nuestra arquidiócesis. Esta vida de unidad y comunión, celebrada en la Eucaristía, debe manifestarse en un renovado impulso misionero".
Durante la Eucaristía asumió tambien el padre Martín Vera como Vicario Parroquial. El padre Vera fue párroco en la parroquia de María Auxiliadora de Bella Vista y últimamente ejercía su ministerio sacerdotal como vicario parroquial en Santa Ana, y otras tareas pastorales.

Corazón renovado
Monseñor Stanovnik expresó luego en su mensaje que "la providencial ocasión que nos brinda el cambio de párroco, es una nueva oportunidad que Dios nos ofrece para convertirnos a él y tratar a nuestro prójimo con los sentimientos y las actitudes de Jesús. Necesitamos con urgencia vivir una verdadera espiritualidad de la comunión, que significa –como nos recordó nuestro amado Juan Pablo II– capacidad de ver ante todo lo que hay de positivo en el otro, para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios: como un "don para mí". Espiritualidad de la comunión es saber "dar espacio" al hermano, llevando mutuamente la carga de los otros y rechazando las tentaciones egoístas que continuamente nos asechan y engendran competitividad, ganas de hacer carrera, desconfianza y envidias. No nos hagamos ilusiones, sin este camino espiritual, de poco servirían los instrumentos externos de la comunión".
"Para construir la comunión se necesitan, ante todo, hombres y mujeres nuevos, es decir, hombres y mujeres con un corazón purificado y renovado por la gracia y el amor de Dios. Esta comunidad parroquial debe empezar decididamente a poner en práctica aquel ayuno cristiano que describió un autor del siglo II con estas palabras: "El ayuno que vas a practicar tienes que observarlo de la siguiente forma: Ante todo debes cuidarte de toda mala palabra y de todo mal deseo, y debes purificar tu corazón de todas las vanidades de este mundo" dijo monseñor y agregó que "el nuevo párroco deberá acompañar este camino penitencial con corazón de pastor, con mucha paciencia y firme al mismo tiempo, cercano y respetuoso con todos, para guiar a esta comunidad hacia una mayor unidad y comunión".
Luego se dirigió especialmente al padre Eduardo remarcando que "hoy esta comunidad parroquial de Nuestra Señora del Rosario de la iglesia Catedral te recibe, para que con ellos y al frente de ellos los congregues en una sola familia animada por el Espíritu Santo, y los conduzcas a Dios por medio de Cristo. Es una comunidad especial –como dijimos al comienzo– por el peculiar lugar que ocupa y la misión que de ello se deriva, que tiene su propia identidad y su camino pastoral, su memoria y sus tradiciones, sus alegrías y sus penas. Ayúdale a "perseverar en el amor fraternal" –como escuchamos en la primera lectura–, y nunca dudes de las palabras que el mismo Dios ha dicho hoy: "No te dejaré ni te abandonaré", para que puedas decir con toda confianza "El Señor es mi protector: no temeré".

Agradecimiento
Al finalizar su Homilía, el Pastor de Corrientes agradeció "vivamente en nombre de la Iglesia el ministerio parroquial que desempeñó el padre Oscar Barrios en esta comunidad. Fue un período más bien breve, ciertamente, pero meritorio por su fidelidad y su entrega, no pocas veces sin sufrimiento. Valoramos también su esfuerzo y aporte como Delegado episcopal de los Asuntos Económicos de la Arquidiócesis y le auguramos una fructífera labor pastoral en la Parroquia San Lorenzo, diácono y mártir".





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